(Ernesto Bojórquez, mayo del 2011)
La estrategia es un elemento fundamental para todas las empresas, sin importar su giro y su tamaño. El hecho de que una empresa cuente con una estrategia definida, clara y correcta, le incrementará las posibilidades de alcanzar los objetivos que se defina y así convertirse en una empresa exitosa.
Para una PYME, que generalmente tendrá limitaciones en cuanto a la cantidad de recursos con los que cuenta, la estrategia es particularmente importante ya que ésta le permitirá a la empresa aprovechar con mayor eficiencia sus recursos y los esfuerzos que realice para alcanzar sus objetivos. Esta efectividad permitirá a la empresa desarrollarse adecuadamente y crecer de forma más rápida y sostenible.
La diferencia entre el éxito o fracaso de una empresa puede estar en gran medida determinado por contar o no con una estrategia, y además que esta estrategia sea la adecuada. Aquí exploraremos una visión simplificada, más que ortodoxa, de lo que es una “estrategia” y los elementos fundamentales que deben ser considerados al determinarla.
En términos sencillos, la estrategia puede ser visualizada como una fórmula, la cual define la empresa para combinar sus recursos y el tiempo buscando un resultado particular. Así una empresa que utiliza una estrategia durante un período de tiempo, cambiará su posición competitiva del punto A al punto B como consecuencia de la suma de los resultados que generaron todas las acciones estratégicas que realizó durante dicho período de tiempo. El valor de cada movimiento puede estimarse en función del incremento en la ventaja competitiva que alcanza, gracias al movimiento que generó.
Para clarificar el concepto de posición competitiva imaginemos una gráfica con dos ejes: el eje vertical es calidad (índice general de la calidad de los productos de una empresa), y el eje horizontal es costo (índice general del costo de los productos de una empresa). Entonces si comparamos la posición de dos empresas, ubicaríamos a cada una en la gráfica tomando como base sus índices de calidad y de costo. Después de un período de tiempo y los resultados de sus acciones estratégicas volveríamos a comparar su nueva posición en la gráfica, y podemos tener dos interpretaciones diferentes: la primera es qué tan competitiva es una con respecto a la otra en cada momento del tiempo, y la segunda, cómo fue el resultado de las acciones estratégicas, se avanzó o se retrocedió en cuanto a competitividad.
El cambio en la posición competitiva se va logrando con cada corrida estratégica que realiza la empresa, toda vez que ejecuta una acción que impactará a su posición estratégica. Una corrida estratégica la podemos definir como la ejecución de una o más acciones en un determinado período de tiempo, y que tienen la suficiente trascendencia como para impactar en la posición competitiva que tiene la empresa.
Es importante aclarar que no todas las acciones que realiza una empresa son estratégicas y por ello el tener una estrategia clara permitirá estimar si una acción tendrá un impacto en la posición estratégica o no, y considerando esto tomar la decisión de asignar recursos para ejecutar dicha acción o no.
Fundamentalmente los elementos que se deben considerar para diseñar una estrategia son las condiciones internas de una empresa y las condiciones del entorno, esto de alguna forma define lo que se puede y lo que no se puede hacer. Además, de esta información podemos estimar la conveniencia de llevar a cabo acciones para mover a la empresa de una posición competitiva a otra, con base en algún parámetro como la calidad, el costo, el posicionamiento de marca, el precio, etcétera.
Este diseño se convertirá en cierta manera en nuestra fórmula estratégica durante un período de tiempo, y durante el mismo las decisiones que tomemos estarán en función del tipo y cantidad de recursos que incluiremos en la fórmula cada vez que nos propongamos realizar una corrida estratégica.
No debemos olvidar que la estrategia es el resultado de un proceso, un proceso que es continuo y que se retroalimenta con los mismos resultados que genera y los cambios que sufren el entorno y los insumos para la estrategia. Así mismo, tengamos en mente que siempre será mejor tener claro hacia dónde nos dirigimos y constantemente verificar nuestra posición con respecto a nuestro destino; y si hacemos esto en nuestras vidas, ¿por qué no hacerlo para nuestras empresas?.
Si aún no tienes una estrategia clara para tu empresa, analiza las condiciones de tu empresa y de su entorno y defínela; no te preocupes por sentir que esta primera definición no es perfecta, recuerda que la irás adaptando y perfeccionando con el tiempo. Trabajar en el futuro bajo este esquema seguramente te dará mejores resultados que los que obtendrías sin una estrategia.
Si en tu caso, tu empresa ya cuenta con una estrategia definida, el siguiente paso será asegurarte que todos los esfuerzos de tu organización estén alineados con ella. Esto le dará el empuje y la “potencia” a la estrategia para que tu empresa se desarrolle de forma rápida y exitosa.
Finalmente, después de desarrollar tu estrategia y alinear a tu empresa con ella, lo siguiente es materializarla a través de la ejecución. Y aquí es muy importante no olvidar que “la ejecución también es estratégica”.
Por Ernesto Bojórquez
Ernesto Bojórquez actualmente desempeña el cargo de Director Comercial de NIC México, previamente trabajó en varias organizaciones dentro de áreas relacionadas con manufactura, productividad, estrategia y consultoría en varios temas.
Además de su preparación académica, ha tomado diversos cursos de especialización, dentro y fuera de México, sobre temas de Innovación, Precios, Servicio al Cliente, Dirección Estratégica, Ventas, Mercadotecnia, Finanzas, Producción, entre otros.
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