Comenzando una PYME

(La Habichuela Mágica, Junio del 2011)

Comenzar con una idea de negocio se puede pensar que es un trabajo fácil, tal vez lo sea, pero el proceso de desarrollarla y comercializarla es sin duda, algo complejo.

Todos nos imaginamos un producto o un servicio potencial, que de acuerdo a nuestras habilidades, podemos realizar y sacar provecho del mismo. Existen muchas posibilidades. Pero, desde que tenemos la idea en la mente, pocas veces nos preguntamos sobre el valor de nuestro producto o servicio; el ¿qué factores consideraré para ponerle un precio? resultan ser inciertos, incluso en el momento en el que ya estamos vendiendo. Ponerle precio a algo puede resultar tan complejo como la elaboración del mismo, pues si no se tiene información previa ni una relación adecuada del entorno, se puede caer en el gran dilema de sobrevaluar o, como es en la mayoría de los casos, subvaluar el trabajo realizado.

Asi, con este gran dilema comienza la Habichuela Mágica, una empresa de comunicación creativa que surge, a principios del 2007, de un grupo de estudiantes creativos que se daban a conocer poco a poco entre los universitarios y sus eventos. Tres mercadologos y un LAF con pasión por el diseño, la fotografía y el video, se juntan para desarrollar la imagen de más de 10 congresos y eventos estudiantiles en el ITESM. Pronto, ven esto como un área de oportunidad para obtener beneficio de ello y comienzan a realizarlo como un servicio que, en un principio, no tenía gran valor más que el de darse a conocer. Así de esta manera, poco a poco comenzaron a hacerse de equipo y clientes internos y algunos externos.

El proyecto se volvió algo más serio al momento de su graduación en el 2009. Algunos integrantes se fueron y otros más se integraron, pero todos con una misma similitud, una gran pasión por el mundo de la creatividad. La Habichuela Mágica se constituye formalmente en Febrero del 2010, después de laborar 3 años con proyectos estudiantiles, laborales y otros de gobierno.

Pero tras todos esos años se trabajó sin una estructura, una justificación de precios por servicios, un procedimiento de trabajo. Todo era de manera empírica y a lo que se creía que sus servicios podían valer. Se cayó en el gran dilema de cual podría ser el valor correcto de sus servicios, cómo cobrarlos de manera adecuada y qué considerar. Muchos trabajos fueron ridículamente baratos por lo que se entrego, desde algún manual de identidad corporativa, una página de internet o hasta un video corporativo.

Creo que en el caso de un producto tangible, podría resultar un poco menos complejo este proceso, pues existen muchas variables que se pueden considerar, cómo pueden ser los costos de producción del mismo, el valor del mercado, la competencia, el prestigio, la exclusividad, la innovación, la complejidad misma del proceso, entre algunas otras. Y el mismo hecho de ser tangibles y poder tocarlas, hace identificar ese valor de una manera más fácil que si fuera un servicio, que es intangible.

En cambio, para la cuestión de los servicios, y sobre todo cuando se va empezando con una idea, es más difícil saber qué factores a considerar. La empresa fue aprendiendo poco a poco que si no se hace un análisis y una justificación adecuada, muchos clientes pueden percibir el servicio como algo muy elevado. Tal vez aquí no se tengan los costos de producción de una manera tan sencilla, y el valor del mercado no sea tan parejo, pero si se tiene que considerar algo importante como son las horas hombre.

Como empresa hemos aprendido que el conocimiento, la experiencia, el prestigio, la competencia, el portafolio, las expectativas y la segmentación, son factores importante que uno puedo considerar al momento de hacer pricing a un servicio. Estos son elementos que si no se toman en cuenta, nos volverán loco al momento de encontrarle un valor real a nuestro producto. Por ejemplo, debemos siempre de considerar a la competencia, y a la competencia, no me refiero a empresas que hagan lo mismo que tú, sino empresas que hagan los mismo dentro del mismo rango y nivel de experiencia. La calidad podrá ser la misma que una importante firma que cotiza 10 veces más caro que tu, pero muy probablemente esa firma ya tiene también 10 veces más del tiempo ofreciendo ese servicio. Comenzar con un Benchmarking es una buena idea, así como con la expectativa de cuanto quiero cotizar mis horas hombres, dependiendo de los factores que se mencionaron. También es muy importante ponerse una meta de cuánto se quiere ganar cómo negocio y hacia donde se quiere ir.

Como conclusión, no hay clave alguna que nos diga cómo poner precio a nuestros productos o servicios, es hacer un análisis de hacia qué segmento de mercado queremos dirigirnos y cómo está la competencia en ese segmento, así como que tanto potencial tengo para comenzar a hacer camino. La clave de todo es persistir y ser inteligente, seguir la reglas y hacer la nuevas en el momento adecuado… Persistir haciendo lo que nos gusta, nos apasiona y aprender a la par.

Por La Habichuela Mágica

La Habichuela Mágica, es una empresa de Comunicación Creativa. Inició en 2007, por 3 estudiantes mercadólogos y uno de finanzas del ITESM Campus Monterrey. Formalizó operaciones en Febrero 2010.

 

Ayúdanos a compratir

Puedes participar comentando a esta publicación, o responder desde tu propio sitio .

Deja un comentario