SIN OBJETIVO, NO HAY RESULTADO

Aunque parezca obvio, muchas veces las empresas olvidan el primer paso antes de realizar algún esfuerzo de Mercadotecnia o al desarrollar algún proyecto: Definir y clarificar el objetivo.

Lo anterior, pese a que el resultado, estará fuertemente ligado a la definición misma del objetivo.

En el día a día, las empresas operan para poder sacar adelante los múltiples compromisos que tienen; envolviéndose en un rápido vaivén de interminables actividades y perdiendo de vista el ¿por qué y para qué realizan algunas de ellas? Sin embargo, tener en cuenta el objetivo que se persigue al realizar X actividad, es fundamental para la óptima consecución del mismo.

Muchas veces, al preguntarles a propietarios de negocios o directores de empresas, ¿cuál es el objetivo de X esfuerzo?, nos damos cuenta que la mayoría de las veces la respuesta no es fácil de descifrar, ésta tiende a ser génerica y vaga, y el objetivo NO ESTÁ CLARO.

En términos de Mercadotecnia, existen diferentes objetivos a perseguir, entre ellos:

  • Incrementar ventas en X %,
  • Incrementar posicionamiento en X %,
  • Mejorar en X %, tales indicadores de servicio al cliente,
  • Eliminar X atributos negativos de la marca para mejorar la imagen percibida,
  • Ganar un X % del total de mercado,
  • Sumar X # de clientes al programa de lealtad,
  • etc, etc, etc.

Definir cuál o cuáles objetivos son los elegidos para trabajar en ellos, parece una tarea sencilla pero no lo es. Es necesario, pensar estratégicamente y realizar un análisis completo, para elegir aquel que mayor impacto positivo y beneficios tendrá en nuestra empresa para obtener una ventaja competitiva, o elegir aquel que ayude a disminuir lo que represente una debilidad u amenaza para la misma.

Empresas grandes, sin duda tendrán los recursos para trabajar en varios a la vez. No así empresas pequeñas y medianas, cuyos recursos son limitados. Es por ello, que elegir y definir el objetivo adecuadamente, es crucial para obtener un buen resultado.

Al no tener claro el objetivo sobre el cuál se va trabajar, terminamos trabajando en todos, generando resultados parciales y desperdicio de recursos, en lugar de enfocar fuerzas y trabajar de forma focalizada en algunos de ellos para realmente aprovechar el esfuerzo y causar un real impacto.

Los beneficios de definir claramente los objetivos, radican en que de esta forma, será posible trazar una ruta con una dirección clara a seguir, modelando en este caso una Estrategia de MKT adhoc para el logro del mismo. En lugar de fragmentar los esfuerzos de MKT tratando de “pegarle” a todos pero a ninguno.

Finalmente, debemos recordar, fragmentos de teoría de administración básica en donde se sostienen algunas características elementales de los objetivos: deben ser claros, medibles y alcanzables. De otra forma, estamos hablando de un “lindo deseo” más que de un objetivo en si. Si el objetivo no es claro, será difícil de interpretar para el equipo que trabaje en él  y cada quién tendrá su propia interpretación, generando confusión. Si no es medible, difícil será conocer el impacto del mismo y por lo tanto no se podrá saber si se logró o no, y en qué medida. Si no es alcanzable, de entrada, no es un objetivo dado que no se podrá llegar a él.

Hagamos la importante tarea de definir los objetivos en los que trabajaremos, recordando que “sin objetivo, no hay resultado”.

 

Por Nancy Ortiz / Marketera

 

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